jue, 30 jul 2020 11:49:00
Con música, poesía, palabras, aplausos y algunas sorpresas, en una plaza de la Constitución enmarcada por 2.600 velas y en presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso y de toda la Corporación, Valdemoro vivió ayer una noche de emoción y gratitud en homenaje a las víctimas de la COVID-19, al personal sanitario y a quienes con su trabajo o su solidaridad hicieron posible el confinamiento.

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Durante el acto, al que asistieron alrededor de medio millar de personas separadas entre sí por dos metros de distancia, los vecinos y vecinas de Valdemoro pudieron recordar a quienes ya no están y conocer de primera mano cómo vivieron la pandemia quienes la combatieron desde los dos centros de salud del municipio y desde el Hospital Universitario Infanta Elena, labor por la que fueron distinguidos con la Medalla de Oro de la Villa, de la que les hizo entrega el alcalde, Sergio Parra.

SENSACIÓN DE IRREALIDAD Y REIVINDICACIÓN DE LA ATENCIÓN PRIMARIA

De "sensación de irrealidad" habló Joaquina Reguillo, directora del Centro de Salud Valdemoro, que hizo un relato emocionado de los días vividos, en los que pasaron de la certeza de la invulnerabilidad y de conocer las pandemias por las películas a la intuición de saber que se enfrentaban "a un monstruo colosal".

Reivindicó la Atención Primaria –de la que dijo que había quedado invisibilizada- por haber realizado un millón de consultas, por haber sido el refuerzo de otros servicios y porque gran parte de los médicos y enfermeras que han enfermado de coronavirus pertenecían a este ámbito asistencial.

Antes de finalizar con un "por favor, cuídense", habló de la necesidad de "pelear por lo que es justo" y agradeció las muestras de apoyo de los vecinos y vecinas de Valdemoro que durante los momentos más duros ya incluso les llevaban comida, les trasladaban en coches particulares a consultas domiciliarias o les confeccionaban pantallas y mascarillas.

"EL EQUIPO ÉRAMOS TODOS"

También fueron de gratitud las primeras palabras de la directora del Centro de Salud El Restón, Julia Caballer, que destacó la colaboración con todos los servicios de emergencias: "el equipo éramos todos".  Habló de "la mezcla de miedo –terror- y amor a la profesión; del duro adiós a los pacientes que se iban" y de cómo quedaron solo tres médicos para atender a toda la población de Valdemoro. Destacó la ejemplaridad y entrega de la ciudadanía y concluyó instando a no bajar la guardia para evitar que aquella situación se repita.

"NO PUEDE VOLVER A SUCEDER"

Algo en lo que incidió igualmente el gerente del Infanta Elena, Juan Antonio Álvaro: "no puede volver a suceder. Hay que ser consecuentes con quienes lo han pasado mal y con quienes se fueron sin tener una despedida". Tuvo palabras de elogio a todo el personal del HUIE porque durante ese tiempo "ha desarrollado todo tipo de funciones independientemente de cuál fuera la suya".

MEDIO CENTENAR DE DISTINCIONES A LA SOLIDARIDAD Y LOS TRABAJOS IMPRESCINDIBLES

Además del personal sanitario, el Ayuntamiento reconoció a medio centenar de personas, empresas, entidades y servicios por su trabajo o su labor solidaria durante la pandemia con el fin de garantizar los abastecimientos, la seguridad, los servicios sociales o asistenciales, el suministro farmacéutico, los servicios mínimos presenciales de la Administración local o los telemáticos y el teletrabajo entre otros. La entrega de las distinciones corrió a cargo de los portavoces de todos los grupos de la Corporación -Ángel Díaz-Flores (Cs), Serafin Faraldos (PSOE), Antonio Corrales (Vox), David Conde (PP) y Javier Carrillo (MMV), así como de la primera teniente de alcalde, Raquel Cadenas, y de la segunda teniente de alcalde, Marta Blázquez y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. 

SERGIO PARRA, UN VECINO MÁS: "TRISTEZA, AGRADECIMIENTO Y RESPONSABILIDAD"

El alcalde, Sergio Parra, que dijo dirigirse a sus conciudadanos "como un vecino más", tradujo las cifras de fallecidos a "nombres que en Valdemoro son los de Moncho, Josefina, Pepe, Julia, Casimiro… y otros tantos que viven y vivirán en nuestro recuerdo". Centró su intervención en la tristeza  "por los mayores que se fueron dejándonos una sociedad mejor que la que recibieron"; el agradecimiento "a la heroicidad de quienes nunca quisieron ser héroes, (…) a los trabajadores y trabajadoras imprescindibles (…) y a los vecinos y vecinas de Valdemoro que supieron cumplir con su obligación y dar muestras de solidaridad y, por último la responsabilidad".

Afirmó también que este es un periodo de incertidumbre porque "nos enfrentamos a lo desconocido". Dejó, sin embargo, un espacio a la esperanza porque –dijo-  "hemos demostrado de lo que somos capaces para defender a nuestros mayores, nuestras familias, nuestra sanidad, nuestra educación, nuestro empleo…".

DÍAZ AYUSO: "ESTE ACTO SIMBOLIZA LOS VALORES DE LA CONVIVENCIA"

La presidenta de la Comunidad de Madrid tomó el relevo para decir que "la Comunidad de Madrid siente como suyo el dolor de todas y cada una de las familias" y recordó a los más jóvenes que tienen que "seguir protegiéndose para poder continuar con sus proyectos vitales y honrar a las víctimas".

Definió el acto de homenaje como "un símbolo del esfuerzo y la entrega de todos aquellos que no han mirado por su bienestar sino que se han preguntado qué podían hacer por los demás y lo han hecho; de los valores de convivencia y respeto mutuo y de la conciencia de pertenecer a una sociedad en la que nadie es ajeno al bienestar de sus semejantes y lo demuestra cada día".

…Y LA SORPRESA FUE UNA CANCIÓN EN UN BALCÓN

Una de las sorpresas de la noche llegó de la mano de Marisa Carrera, que interpretó la Colombiana al Cristo de la Salud desde la ventana del antiguo Consistorio, con la velas y las luces de los coches de emergencias como única iluminación, trayendo así a la memoria de la concurrencia los conciertos en los balcones durante el confinamiento.

Su actuación fue el broche al cerrado aplauso para todos los homenajeados con el que concluyó la intervención del escritor local Fernando Martín Pescador, en defensa de los servicios básicos.

El canto de los pájaros, de Pau Casals, interpretado por Ensemble Musicovis fue el fondo musical para rendir tributo a los fallecidos. Con el público puesto en pie, un representante de Protección Civil y otra de los Servicios de Emergencias colocaron una corona de laurel en su memoria, junto al olivo que presidía el escenario.

VELADA POÉTICO-MUSICAL EN RECUERDO A LOS QUE YA NO ESTÁN

A partir de ese momento se desarrolló la velada poético-musical. Con la voz estrangulada por la emoción, José Antonio Pérez, del Aula de Poesía del Centro Municipal de Mayores, puso voz a los allegados a la víctimas. Tras mostrar su "sentimiento de profundo dolor por las personas que nos han dejado" y especialmente, por varios de sus compañeros, voluntarios y amigos del centro en el que surgieron los primeros casos en Valdemoro, recitó su poema Como una brutal venganza.

Le siguieron la actuación del cantautor local Edgar Rey, que interpretó una canción compuesta durante el confinamiento; la Elegía para Valdemoro, de Luis Miguel Rollón, a la que puso voz Elvira Soto, e Ismael Alonso y su reivindicación del poder sanador de los versos y la literatura como introducción a sus dos poemas: Otro poema a la lluvia y Como luciérnagas en la noche.

El cierre musical llegó de la mano del Ensemble Musicovis, con un repertorio que incluía desde Albinoni a Morricone, y al que luego se unió la Coral Villa de Valdemoro. Juntos deleitaron al público asistente con tres piezas, entre ellas una versión en español del Aleluya de Cohen.