mié, 23 may 2018 12:10:00
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A partir del próximo 1 de julio quedará terminantemente prohibida la entrega gratuita de bolsas de plástico a los consumidores para el traslado de artículos desde los puntos de venta hasta sus domicilios. Esta medida, recogida en el Real Decreto 293/2018, no afectará a las bolsas muy ligeras, como las que se utilizan a modo de primer recipiente para alimentos a granel, ni a las que contengan un porcentaje mínimo de plástico reciclado de un 70%. El objetivo de esta normativa es erradicar la presencia de estos envases de las basuras marinas ya que constituyen en grave peligro para el ecosistema pues tardan entre 100 y 500 años en descomponerse totalmente.

Cada año terminan en los océanos una media de nueve millones de toneladas de plasticos -alrededor de medio millón se quedan en aguas de la Unión Europea- y una parte fundamental de estos residuos son bolsas fabricadas con este material. 

La normativa española incluye los condicionantes más exigentes de la Directiva Europea al tiempo que marca unos plazos realistas para el sector del comercio con el fin de que disponga del tiempo necesario para adaptarse a la nueva realidad. 

Así, el próximo 1 de julio de 2018 es una fecha clave en tanto en cuanto marca la obligatoriedad de cobrar todas las bolsas salvo las muy ligeras o con un alto porcentaje de plástico reciclado pero es también la primera de una serie de marcas reseñadas en el calendario de la Estrategia Española de la Economía Circular o, lo que es lo mismo, sostenible y competitiva. La siguiente será el 1 de enero de 2020, momento en el que todas las bolsas gruesas deberán contener al menos un 50% de plástico reciclado y quedarán prohibidas las de plástico fragmentable. 

Un año después, el 1 de enero de 2021, deberán desaparecer de todos los establecimientos comerciales las también las bolsas ligeras o muy ligeras que actualmente se emplean como primer envase para productos a granel. Únicamente se podrán seguir utilizando las compostables, es decir, las que sean susceptibles de ser recicladas en abono orgánico. 

Esta última fecha se ha hecho coincidir con la implantación de la recogida separada de la fracción orgánica de residuos sólidos urbanos que será obligatoria en localidades de más de 5.000 habitantes. El objetivo es que este tipo de bolsas reconvertibles en abono puedan ser procesadas con los desechos orgánicos. 

Con el fin de tener un control exhaustivo del tipo de bolsas que se lanzan al mercado y de que los sectores económicos que hacen uso de las mismas puedan conocer qué fabricantes distribuyen las que cumplen la normativa, está prevista la creación de un Registro de Productores dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que permitirá conocer la efectividad de todas estas medidas orientadas a reducir al máximo el abandono de estos residuos y la generación de plástico reciclado.

Entre 2007 y 2014 el consumo de bolsas por habitante y año se ha reducido en España más de un 50%, pasando de 317 unidades a 144.