El público asistente tuvo la oportunidad de disfrutar de las evoluciones de las gimnastas sobre la pista, desde las prebenjaminas que aún están iniciándose en esta disciplina hasta las cadetes que demostraron la maestría adquirida tras varios años de aprendizaje en la escuela. Las más pequeñas presentaron un programa en la modalidad de manos libres mientras que las infantiles y cadetes se atrevieron con los aparatos, concretamente, mazas y aros.

Cada una de las alumnas regresó a casa con una medalla colgada del cuello y un diploma en la mano, un reconocimiento a todo un año de dedicación y esfuerzo para avanzar en el más difícil todavía de esta disciplina que combina la gimnasia y la danza y fomenta la expresividad corporal.