Los participantes, mayoritariamente mujeres aunque cada año son más los hombres que se unen a esta iniciativa, no se limitaron a realizar el itinerario desde la plaza de la Piña hasta el Complejo Deportivo Río Manzanares sino que mostraron una firme voluntad de cooperar económicamente con la causa, como lo demuestra el hecho de que además de las 2.900 camisetas de esta edición se vendieran también más de un centenar del modelo del año pasado, eso sí, al módico precio de dos por 5 euros.
Y es que todo Valdemoro se vuelca en esta jornada durante la que demuestra el alto nivel de concienciación con la dolencia, con la necesidad de prevenirla con hábitos de vida saludables y de realizar aportaciones en metálico para sufragar proyectos de investigación, atención psicológica a los enfermos y sus familias o formación de voluntariado, entre otras acciones.
El pistoletazo de salida lo dio el laureado atleta valdemoreño y padrino de la marcha, Jesús España, que también fue el encargado de mostrar, junto a la presidenta de la AECC en Valdemoro, Josefina Nieto, el cheque que indicaba la recaudación de 16.500 euros, una cifra que en realidad rondó los 16.800 euros con la venta de pulseras, cuellos, llaveros y las ya clásicas gafas rosas y que se destinará íntegramente a la Junta Provincial de Madrid de la asociación.
Finalizado el itinerario -en el que tomó parte el alcalde, Guillermo Gross, además de otros integrantes de la Corporación municipal- y ya en el pabellón deportivo, se entregaron diplomas de agradecimiento a todas las entidades colaboradoras -casas regionales, bancos, comercios, centros de estética, peluquerías, clínicas dentales, empresas de alimentación, un club de fútbol…-; todas ellas realizaron donaciones en metálico y algunas, además, se convirtieron en puntos de distribución de camisetas, costearon gastos necesarios para el desarrollo del evento, proporcionaron personal y otros recursos. Ni siquiera faltaron a la cita los miembros del lado oscuro y los caballeros jedis de la Legión 501, que no dudaron en fotografiarse con cuantos se lo pidieron.
El fin de fiesta llegó en forma de sesión de zumba y batuka, de la que disfrutaron durante cerca de una hora un buen número de caminantes verdes que luego se dispersaron por terrazas, calles, plazas, bares y restaurantes de Valdemoro, llevando su mensaje saludable y solidario por toda la ciudad.