Las sesiones se han desarrollado en el pabellón y las pistas deportivas de dicho centro público, donde los menores, de 7 y 8 años, han realizado tres tipos de actividades, todas ellas encaminadas a conocer cómo se manejan en la vida diaria las personas que no ven o solo lo hacen parcialmente. Así, se han familiarizado con el alfabeto Braille, que permite a las personas ciegas leer y escribir con un sistema de puntos que se detectan al tacto y han llegado a descubrir mensajes; han jugado al fútbol intentando marcar un penalty con los ojos tapados y con este mismo hándicap y ayudados por un bastón han recorrido un circuito en el que no faltaban los obstáculos aunque, eso sí, han contado con el apoyo de un adulto que les ha guiado.

Dos monitores de la ONCE y una más del Área de Diversidad Funcional del Ayuntamiento de Valdemoro les han dirigido en todas estas propuestas por las que han pasado todos y cada uno de los peques.

Una experiencia que les ha dejado una profunda huella ya que si bien inicialmente les asustaba enfrentarse al juego o al recorrido sin contar con el sentido de la vista, luego se sorprendían sobremanera al comprobar de lo que eran capaces, como desplazarse largas distancias sin chocar con los obstáculos.

Más allá de vivir por sí mismos cómo es el día a día de las personas ciegas, han aprendido a empatizar con ellas, a guiarlas y a saber cuál es el mejor modo de ayudarlas cuando las vean por la calle, evitando ser un obstáculo para ellas. 

Finalizados los talleres, han recibido como recuerdo de la actividad una regla con el alfabeto Braille para que sigan jugando y practicando con él.