lun, 26 feb 2018 12:12:00
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La Casa de la Juventud reabre el Cíber, un servicio que llevaba cerrado desde octubre de 2013. Cuatro puestos informáticos con conexión a Internet están ya disponibles para que hagan uso de ellos los chicos y chicas que necesiten un ordenador para hacer trabajos de clase, elaborar proyectos individuales o colectivos o simplemente hacer consultas en la red, con solo presentar su DNI.

Esta es la principal novedad derivada de las tareas de redistribución y optimización de espacios que se ha llevado a cabo en las dependencias de la calle Herencia, 12 con el objetivo de que sean más versátiles y respondan mejor a las necesidades de quienes acuden a ellas. 

Así y dado que el estudio o la realización de trabajos son los principales motivos que llevan a adolescentes y jóvenes a ‘la casa', se ha procedido a habilitar un antiguo despacho para estas funciones y a reorganizar la sala de exposiciones de la planta baja con el fin de que resulte más práctica y dé cabida a más mesas. El resultado es que se ha incrementado el aforo para personas sentadas. Ahora son 47 los puestos de estudio frente a los 12 con los que contaba hasta ahora. Para equiparlos se ha reutilizado mobiliario de otras dependencias municipales, por lo que no ha supuesto un coste añadido. 

Quienes después de estudiar opten por la diversión y el entretenimiento, también pueden disfrutar de una mayor oferta de material lúdico y juegos de mesa.  

La estancia de almacenaje de la segunda planta, destinada a que las asociaciones y grupos juveniles guardaran su material e instrumentos, también se ha mejorado ampliando su capacidad con más armarios; algunos de ellos ocupaban otras salas y estaban en desuso, de manera que se han reciclado con el fin de que este servicio puedan utilizarlo más colectivos. Estos tienen además la posibilidad de reunirse en el despacho que tienen disponible para la celebración de reuniones, la preparación de proyectos, etc.

Así mismo, sigue operativa la sala de ensayo, insonorizada y con espejos, de acceso gratuito, para que los grupos locales puedan ensayar sus canciones, coreografías, representaciones… con la tranquilidad de saber que no molestan a nadie.