lun, 24 oct 2016 12:11:00
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El Ayuntamiento de Valdemoro entregará hoy en un acto presidido por el Alcalde, Guillermo Gross, la etiqueta "Comercio de Valdemoro, tradición y servicio" a 40 negocios que llevan más de treinta años radicados en la localidad. La Panificadora González (1852) y la pastelería La Manolita (1891) son los establecimientos con más años en activo de los que reciben hoy este distintivo de calidad.

La iniciativa tiene como finalidad reconocer el trabajo desarrollado por los comerciantes que han sabido adaptar sus negocios a la coyuntura económica y a los hábitos de consumo de cada momento durante más de tres décadas.

Además de estos dos establecimientos con 164 y 125 años dedicados a la fabricación y venta de pan y pasteles, hay otros ocho locales con más de medio siglo de antigüedad entre los distinguidos con la etiqueta "Comercio de Valdemoro, tradición y servicio".

Un total de 12 negocios dedicados al ocio y la restauración reciben hoy la etiqueta y el diploma de calidad junto a talleres mecánicos, farmacias, clínicas y ópticas, tiendas de deporte o de alimentación como fruterías, pescaderías, carnicerías y charcuterías, además de comercios de marroquinería, ferretería o tiendas de ropa.

Todos ellos se encuentran ubicados en el casco histórico del municipio, especialmente en las inmediaciones del triángulo que forman la plaza de la Constitución, la Avenida de Andalucía y la plaza de Cánovas del Castillo, popularmente conocida como Pozo Bueno y en cuyo entorno se asientan 6 de los comercios más antiguos. 

El Ayuntamiento tiene previsto realizar una exposición formada por imágenes, objetos y la pequeña historia de estos negocios tradicionales en la que se muestre la importancia y la trayectoria histórica del comercio en la localidad, a fin de que pueda servir de ejemplo a los nuevos emprendedores.

Reconocimiento especial al negocio más antiguo

El Consistorio quiere hacer una distinción especial al establecimiento decano del municipio, la Panificadora González, que lleva activa en el mismo lugar desde 1852, regentada por la quinta generación de sus propietarios fundadores. Este negocio familiar tiene 52 años más que el más antiguo de Madrid capital.

A largo de estos 162 años han sido muchas las hornadas que esta familia ha realizado para satisfacer la demanda de pan, roscones de reyes y hornazos en la festividad de San Marcos, para que los vecinos continúen con la tradición de merendar este bollo coronado por un huevo el 25 de abril en el parque Bolitas del Airón.

Si primero el horno fue de leña y la transformación de la harina en pan se hacía de forma manual, tuvieron que pasar 70 años para que una nueva generación transformara la pequeña panadería en una panificadora e impusiera la mecanización de hornos y procesos. Este impulso se ha trasladado hasta la actualidad, con la introducción los últimos años de producción artesanal de dulces y tartas siguiendo recetas antiguas que tienen una gran aceptación entre sus