El acto comenzó con la lectura compartida de un manifiesto por parte de los portavoces de los distintos grupos políticos con representación en el Ayuntamiento. En sus alocuciones recordaron que en aquellos cuatro días de julio de 1997 "de nada sirvió la exigencia de todo un país hastiado del terrorismo que intentó salvar la vida de un joven concejal de 29 años, mostrando una unidad y una firmeza democrática inéditas hasta entonces, sin ceder en ningún momento al chantaje de los asesinos".

El manifiesto recogía que no se trataba de un acto político ni reivindicativo "es un acto por la memoria y por la Paz que debe servirnos para permanecer unidos y para no olvidar y ser capaces como sociedad de explicar a nuestros hijos lo que pasó y sepan que es posible, que se puede y se debe luchar contra la barbarie y ganar".

También aseveraba que el ejemplo de Miguel Ángel Blanco sigue siendo válido "porque la violencia, tenga el origen que tenga, no es aceptable en una sociedad avanzada y democrática como la nuestra". "Es fundamental continuar unidos contra los totalitarismos, la intolerancia y el fanatismo; que avancemos juntos en la defensa de las libertades, la convivencia y la democracia".

Concluida la lectura del manifiesto, el alcalde, David Conde, se dirigió a los presentes para agradecerles su asistencia al acto y recordar la figura de Miguel Ángel como un joven comprometido con la libertad que hoy tendría 55 años y cuyo asesinato anunciaba el final agónico de una banda terrorista con los días contados: "Esa fue, involuntariamente, la última aportación de Miguel Ángel".

Con un respetuoso silencio mientras sonaban las notas de El Canto de los pájaros de Pau Casals, y la colocación de una corona de laurel en el monolito del parque, finalizó el homenaje al concejal de Ermua organizado por el Consistorio y la Fundación Miguel Ángel Blanco.