mié, 26 may 2021 11:06:00
La Residencia Municipal Nuestra Señora del Rosario acogió el pasado 21 de mayo el homenaje a Carmen Trinidad García García, con motivo del centenario de su nacimiento, que se cumplió un día después. El alcalde, Sergio Parra, entregó un ramo de flores a esta valdemoreña de pro que forma parte de la comunidad del centro geriátrico municipal desde hace 18 años y cuyas facultades mentales siguen a pleno rendimiento.

Carmen es una de esas vecinas de Valdemoro de toda la vida que, además, forma parte de la intrahistoria de la ciudad en la que ha vivido más de 80 de sus 100 años de vida. La ermita del Cristo de la Salud fue su hogar durante cuatro décadas, ya que su madre era la santera del templo, una labor a la que ella también dedicó dos años. Posteriormente, regentó junto a su hermana y su cuñado dos de esas tiendas de ultramarinos (en la calle Doctor Benito y en la del Portilo) que eran mucho más que lugares de aprovisionamiento, eran auténticos referente sociales y de convivencia del barrio y del pueblo. La fama que alcanzaron las apetitosas tortas que vendían les hizo ganarse el apelativo de los Torteros.

Siendo casi una niña se traslado a servir a Madrid, donde le pilló la guerra. Tenía solo 14 años y regresó caminando a Valdemoro para pasar el duro trance en familia.
Soltera y sin hijos, mantiene intactas su pasión por la lectura y su coquetería; continúa empapándose de la actualidad con los suplementos dominicales de los periódicos y sigue maquillándoses cada vez que alguno de sus sobrinos la saca de la residencia para llevarla a pasear, comer o desayunar.
Solo se ha retirado del punto y el ganchillo, las labores que ahorraron jereseis y arrullos a varias generaciones de su familia, la misma que la describe como una persona "muy buena, muy sencilla y que siempre tiene una sonrisa en esos labios que tanto le gusta pintarse".