Las sesiones, de media hora de duración, se desarrollan en grupos reducidos que se configurarán según el tipo y el grado de discapacidad y estarán dirigidos por un monitor del Área de Deportes. Además, el alumnado estará acompañado en el interior del vaso, en todo momento, por una persona adulta de su entorno familiar.
Quienes asistan a esta propuesta de ejercicio físico aprenderán a desenvolverse y dominar el medio acuático en cuatro etapas: familiarización, respiración, flotación y propulsión. A partir de ahí adquirirán destrezas y habilidades motrices que les permitirán sobrevivir en el agua y optimizar su salud física y psíquica.
De forma complementaria el alumnado obtendrá otros beneficios que redundarán en su equilibrio emocional, como la erradicación de complejos y pudores asociados al cuerpo o la integración en una disciplina deportiva que actúa como herramienta de formación y terapia.